LA AVENTURA DE SOFÍA
Érase una vez en el parque "La pulgosa", vivían ciertos animales con características muy especiales, cada uno tenía un adjetivo que lo hacía único.
Un día mientras paseaba la ardilla Sofía, de pelaje suave y esponjoso, decidió recorrer el parque para conocer a sus vecinos.
Al principio del paseo, se encontró con el búho Sabio, un pájaro viejo y sabio que siempre daba buenos consejos.
-"¡Hola, Sofía!", dijo el búho con voz calmada. "Hoy es un día hermoso para aprender nuevas palabras".
Sofía continuó su paseo, y sedienta se acercó al río cristalino donde el pez Luciano nadaba alegremente.
- "¡Buenos días, Sofía!", saludó el pez con una sonrisa brillante. "El agua aquí es fresca y transparente".
Más adelante, Sofía se fijó en una preciosa mariposa de alas coloridas revoloteando entre las flores fragantes.- "¡Qué bonitas son tus alas!", exclamó Sofía- .
- "Gracias, me encanta ser colorida y ligera", respondió la mariposa.
Finalmente, la ardilla llegó al lugar más soleado de todo el parque, donde jugaba el conejo Simón, un conejo rápido y muy juguetón.
-"Ven, Sofía, juguemos a saltar entre las flores verdes y suaves", dijo el conejo con entusiasmo.
Al final del día, Sofía regresó a su casa donde la esperaban su madre, su padre y su hermano pequeño para cenar, contenta de haber aprendido tantas palabras nuevas le dijo a todos: -"Hoy descubrí que los adjetivos hacen que las cosas sean más interesantes y especiales"-.
Desde entonces, cada vez que Sofía habla, usa nuevos adjetivos para describir mejor todo lo que ve y siente.